viernes, 7 de mayo de 2021

COMO UN BARCO A LA DERIVA

 me siento en un banco desesperanzada, mi pecho palpita gimiendo de dolor... solloza angustiado por no saber dónde se encuentra... Máscaras apiladas unas encima de otras y todas ellas cubirendo todo mi rostro, todo mi cuerpo. Mientras tanto noto mi carencia de energía vital y comienzo a lamentarme por no tener la fuerza de un huracán, es entonces cuando una pequeña voz en el fondo de mi nuca, como una voz de la consciencia, me dice que yo ya soy un huracán y una vista infinita desde la tarima de un barco en alta mar. Rompería a llorar si supiera cómo hacerlo, me desplomaría aquí frente a todo dios y chillaría sin reparo alguno, sin pudor que me pudiera frenar. Mas hay hoy un miedo sepulcral que me paraliza de pies a cabeza. No quiero acabar de nuevo en el hospital y que violen mi boca forzándome a tragar veneno en forma de cápsula o gotero. Solo puedo recordar, pasmada de impotencia y terror, mi cara adormilada y entumecida, mi cuerpo tras el velo del pijama del hospital y la saliva escapando de mi boca con una sonrisa traviesa, regocijándose en el imperioso hecho de que mi alma estaba siendo aniquilada por profesionales de la medicina, estos mismos que me saludaban con buena cara mientras pensaban en volver a su puta casa a descansar de la que imagino que debe de ser una visión igual o más traumatica de lo que lo fue para mi y para todos los animalillos desbocados que allí nos encontrábamos. No me imagino tener que ver a diario como encierras a una niña indefensa y drogada en una habitación maniatándola de pies y manos, mientras la escuchas chillar y chillar, a tal punto que parece que va a expulsar alguno de sus órganos en uno de los alaridos, y entonces, preso del miedo, ir a buscar una jeringa con droga para clavarle vía intramuscular a esa muchacha poseída y maniatada que tienes frente a ti.... A decir verdad, por un momento me he puesto a imaginar la escena y he notado mi pulso acelerandose, mis pupilas dilatadas de pronto, y mis genitales humedecidos, discurriendo por ellos mi flujo fruto de la excitación que me produce pensar en semejante situación. Una entidad dentro de mi, atemorizada, se escandaliza: ¡¡cómo puedes sentirte asi a raiz de infringirle tanto sufrimiento a una persona!! Palabras poco meditadas resultantes de comportamientos aprendidos. ¿y por que no? le contesto jajaja -suelto una risita perturbadora por entre mis dientes. porque... ¡¡¡porque le estas haciendo sufrir!!! ¿a caso no se te ocurre mejor motivo, más elaborado?  - le pregunto ambiciosa a esta entidad que parece ser bondadosa y justa. ¿qué problema hay con que alguien sufra? le digo, ¿a caso no es gracioso y entretenido ver a alguien sufrir? ¡a mi me excita! ella se queda perpleja, casi puedo observar cómo su mandíbula gesticula dejándola boquiabierta, con ojos como platos. Podia oler su ira invadiendo todos y cada uno de los poros de su piel, y mientras veía como su rostro se iba desfigurando, me imaginaba una tetera a punto de hervir sobre los fogones de una cocina antigua.  Una risa espectante se apoderó de mis interiores y me sentí convulsionar como en medio de un cosquilleo, pero con el calor de la alegría metiendose por entre mis entrañas y haciendolas vibrar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario